El Gobierno de España ha aprobado una reducción de la jornada laboral máxima legal, que pasará de 40 a 37,5 horas semanales sin reducción salarial. Esta medida, que se aplicará de forma progresiva hasta 2025, tiene como objetivo mejorar la conciliación laboral y personal, además de fomentar la productividad. Sin embargo, su aplicación variará según el tipo de jornada que tenga cada trabajador y plantea cuestiones sobre cómo se compensará la reducción en determinados sectores.
¿Cuándo entra en vigor la reducción de jornada?
En 2025, se establecerá definitivamente en 37,5 horas semanales. Si bien esta modificación no será publicada en el BOE hasta mayo-junio de este año, no entrará en vigor hasta el 31 de diciembre de 2025. Para finales de este año, todos los trabajadores con una jornada completa deberán haberse adaptado a este nuevo límite.
La transición permite a las empresas reorganizar su producción y a los convenios colectivos ajustar sus condiciones para reflejar la nueva normativa. Durante este periodo, se prevén negociaciones sectoriales para adaptar los turnos y definir las formas de compensación.
¿Cómo afecta la reducción de jornada según el tipo de contrato?
1. Trabajadores con jornada de 40 horas semanales: Aquellos empleados que actualmente trabajan 40 horas a la semana verán reducida su jornada en 2,5 horas sin disminución de sueldo. La jornada laboral en España se calcula en cómputo anual y promedio mensual, lo que permite cierta flexibilidad en su distribución. Esto significa que algunas semanas podrán seguir siendo de 40 horas, mientras que otras serán de menor duración, siempre que el promedio semanal se ajuste a 37,5 horas.
2. Empleados a tiempo parcial: La reducción se aplica de manera proporcional. Por ejemplo, si un trabajador a media jornada actualmente trabaja 20 horas semanales, su nuevo horario podría ser de 18,75 horas, manteniendo el mismo sueldo proporcional. Este ajuste se realizará respetando la distribución de horas establecida en cada contrato.
3. Trabajadores con jornada de 37,5 horas: Aquellos empleados que actualmente tienen un contrato de 37,5 horas semanales pasarán a ser considerados jornada completa. Esto significa que, a efectos contractuales y salariales, serán equiparados a los empleados que anteriormente trabajaban 40 horas, beneficiándose de los derechos y condiciones laborales asociados a la jornada completa, como mejoras en cotización y acceso a beneficios adicionales.
Compensación por días de descanso
Uno de los aspectos clave de la reducción de jornada es cómo se distribuye en la práctica. Dado que algunas empresas no pueden reducir el tiempo de trabajo sin afectar su producción o servicio, muchas optan por compensar la reducción en forma de días de descanso adicionales en lugar de acortar la jornada diaria.
• En sectores con turnos fijos: Es probable que la jornada de 37,5 horas se aplique acumulando minutos a lo largo de la semana para generar días libres adicionales al mes o al año.
• En empresas con flexibilidad horaria: Se podrá optar por semanas laborales más cortas, como trabajar 9 días en lugar de 10 en un periodo de dos semanas.
• En casos de alta demanda de actividad: Algunos convenios pueden prever la compensación con más días de vacaciones, siempre que se mantenga el cumplimiento de la jornada máxima anual.
Impacto en las empresas y retos de aplicación
Las empresas deben reorganizar su operativa para absorber la reducción horaria sin perder productividad. Algunos sectores han expresado preocupación por el posible aumento de costes laborales si es necesario contratar a más personal para cubrir las horas perdidas.
El Gobierno ha planteado ayudas para facilitar la transición a las pymes y fomentar medidas como la digitalización y la reorganización del tiempo de trabajo. No obstante, se espera que en sectores como la sanidad, la hostelería y la industria la adaptación sea más compleja debido a la necesidad de cubrir horarios amplios.
La reducción de la jornada laboral en España supone un cambio relevante en el mercado de trabajo. Si bien está diseñada para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, su implementación requiere ajustes por parte de las empresas y negociaciones sobre cómo se distribuirán las horas. La compensación con días de descanso adicionales será una de las soluciones más habituales para adaptar la nueva jornada sin perjudicar la operativa empresarial. A medida que se desarrollen los convenios y la aplicación real de la norma, se podrán evaluar con más precisión sus efectos en la productividad y el bienestar laboral.