Por Anabel Martín Hierro

La Mutilación Genital Femenina (MGF en adelante) constituye una de las formas de discriminación más graves que pueden sufrir las mujeres ya que tiene su fundamento en una forma de violencia socialmente aceptada en las comunidades donde se practica. Cada vez más y más rápido, debido a la influencia de otros países, así como a la abundante migración, se ha vuelto una práctica con un elevado porcentaje de mujeres en todo el mundo que sufren o han sufrido MGF. Nos encontramos ante una discriminación por razón de género pues viene determinada por la imposición de valores patriarcales de las comunidades donde se practica, constituyendo una violación de los derechos humanos reconocidos a las mujeres en la Declaración Universal de derechos Humanos, la cual constituye la base legal sobre la que se reconocen todos los derechos de la mujer.

En este estudio elaborado sobre la MGF se plantea el objetivo de proporcionar una visión social y jurídica de esta práctica, así como también concienciar al lector sobre la dramática situación a la que se enfrentan cada día millones de mujeres pues sólo así podrá entenderse que tal práctica supone, como ya se subrayó en el párrafo anterior, una forma de discriminación por razón de sexo contra la mujer por el mero hecho de serlo, lo suficientemente grave como para erradicarla. Una situación intolerable que no puede tener cabida en pleno siglo XXI y cuya eliminación nos compete a todos, en aras de garantizar una igualdad real entre hombres y mujeres.

A lo largo del documento, se hará referencia a los distintos tipos de MGF, así como a los aspectos que inciden en esta práctica.

La OMS ha clasificado los procesos considerados como actos de mutilación genital en las tipologías y subdivisiones que señalamos a continuación de forma estructurada para su mejor entendimiento.

  • TIPO I. Resección parcial o total del clítoris y/o del prepucio (clitoridectomía).
  • Tipo 1.A, la resección del capuchón o prepucio del clítoris solamente.
  • Tipo 1.B, resección del clítoris con el prepucio.
  • TIPO II. Resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores (escisión).
  • Tipo 2.A, resección de los labios menores solamente.
  • Tipo 2.B, resección parcial o total del clítoris y de los labios menores.
  • Tipo 2.C, resección total o parcial del clítoris, los labios menores y los labios mayores.
  • TIPO III. Estrechamiento de la abertura vaginal con la creación de un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores y/o mayores, con o sin escisión del clítoris (infibulación).
  • Tipo 3.A: resección y recolocación de los labios menores.
  • Tipo 3.B: resección y recolocación de los labios mayores.

En cuanto a los aspectos que inciden en esta práctica, nombraremos los tres más relevantes. En primer lugar, la educación pues cuanto mayor sea el nivel educativo de las mujeres dentro de una comunidad, se ha demostrado que es menor el riesgo de que expongan a sus hijas para que se les practique la mutilación. Por ello, este tipo de prácticas se suele asociar a comunidades analfabetas, siendo significativo que en los países donde continúa siendo la MGF una práctica con una muy elevada tasa sea en aquellos donde no tienen toda la información necesaria para poder prevenirla, concretamente, en África, donde seis mil niñas al día son víctimas de alguno de los tipos de mutilación genital femenina, así como también en algunos países de Asia y determinadas comunidades indígenas de Centroamérica. El segundo de ellos es el lugar de residencia, la población que vive en el medio rural tiene tasas de prevalencia de realización de MGF más altas que las que viven en el medio urbano. Es por esto que la migración de personas de medios rurales a urbanos está consiguiendo que las mujeres que viven en aldeas pequeñas y han sufrido MGF estén recibiendo información suficiente para evitar que mutilen genitalmente a sus hijas. En tercer y último lugar, la religión y riqueza. No se podría establecer una religión única para explicar la realización de MGF en todos los países en las que esta de ha desarrollado pues no existe ninguna relación directa entre alguno de los tipos de religión y esta práctica. No obstante, al ser el Islam la religión mayoritaria en todo el continente africano, se podría decir que esa será la religión que más realiza mutilaciones genitales femeninas pues así se refleja en las estadísticas cuya tasa de mujeres mutiladas son: en primer lugar en Mali, con un 81%; en segundo, Sudán, con un 79%, en Etiopía con un 76%; y por último, en Eritrea, con una prevalencia del 73% Desde la perspectiva de la riqueza, por otro lado, está demostrado que en los hogares cuyo nivel de riqueza es mayor, el índice de la MGF es menor que en aquellos hogares pobres. Dicho análisis se lleva a cabo a través de la división de la población en cinco partes, desde los más pobres a los más ricos.

 

Fuentes:

Definición extraída de la página web de la OMS: https://www.who.int/topics/female_genital_mutilation/es/

SERRANO GÓMEZ, A; SERRANO MAÍLLO, A. (2011). Derecho Penal. Parte Especial. Madrid, España, 16a ed., Dykinson, pp. 104 y 105.

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